Un reciente informe meteorológico encendió las alertas en el Atlántico, tras confirmarse la aparición de la tormenta tropical Gabrielle. El fenómeno fue detectado el miércoles 17 de septiembre en aguas del Atlántico central, a más de 1,600 kilómetros al este de las islas de Sotavento del norte.
Su presencia ha despertado el interés de expertos y de la población que sigue de cerca la evolución de los ciclones tropicales. Actualmente, Gabrielle presenta vientos máximos sostenidos de 72 km/h, desplazándose con dirección norte-noroeste a una velocidad aproximada de 35 km/h.
Aunque por ahora mantiene un movimiento constante, los especialistas advierten que podría reducir su ritmo de traslación en los próximos días. Esta desaceleración abriría paso a cambios importantes en su comportamiento.
Los pronósticos oficiales señalan que la tormenta tropical Gabrielle podría intensificarse y convertirse en huracán categoría 1 para el domingo 21 de septiembre. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) advirtió que, aunque en las próximas 48 horas no se esperan grandes variaciones, existe la posibilidad de un fortalecimiento gradual a lo largo del fin de semana.
¿Está en riesgo Honduras por el paso de la tormenta Gabrielle?
Por el momento, las autoridades hondureñas no han emitido alertas oficiales sobre la influencia directa de Gabrielle en el país. La Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias recomienda a la población mantenerse informada a través de canales oficiales. La precaución sigue siendo clave ante fenómenos meteorológicos en desarrollo.
En las últimas horas, diversas regiones de Honduras han experimentado lluvias intensas, motivo por el cual se declaró alerta verde y amarilla en varios departamentos. Aunque Gabrielle todavía se encuentra distante, los efectos indirectos como precipitaciones o vientos leves podrían sentirse próximamente.
Especialistas del NHC y medios como Fox Weather destacan la necesidad de un seguimiento constante de Gabrielle, debido a su trayectoria impredecible. De intensificarse, la tormenta podría convertirse en el próximo huracán de la temporada 2025 en el Atlántico. La vigilancia en Centroamérica y el Caribe se mantiene como medida preventiva ante cualquier eventualidad.
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