¿Te sorprendió el último recibo de luz? Si el monto fue más alto de lo esperado, es probable que estés cometiendo errores que influyen directamente en el consumo de energía.
Muchas veces, sin darnos cuenta, nuestras rutinas diarias disparan la factura. Aquí te explicamos qué podrías estar haciendo mal y cómo corregirlo.
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¿Por qué llega el recibo de luz alto?
Uno de los errores más comunes es dejar los aparatos conectados aunque no se usen. Cargadores, microondas, consolas y televisores consumen energía aún en modo de espera.
Este fenómeno se conoce como consumo fantasma, y aunque parezca mínimo, sumado al mes puede representar una buena parte del recibo de luz alto.
Otro punto importante es el uso del aire acondicionado o los ventiladores. Si no le das mantenimiento regular a estos equipos o los dejas encendidos todo el día, verás cómo se dispara el gasto.
Abrir puertas y ventanas mientras el aire funciona también obliga al aparato a trabajar más, lo que impacta en tu bolsillo.
Además, muchas personas tienden a usar electrodomésticos de alto consumo, como planchas o lavadoras, durante las horas pico. Hacerlo en esos momentos puede salir más caro si tu tarifa varía según la demanda de energía.
La iluminación también influye. Usar focos incandescentes en lugar de focos LED implica un mayor consumo. Cambiar toda la casa a tecnología LED puede parecer costoso al principio, pero se traduce en ahorros a largo plazo.
Otro error común es no revisar el estado del refrigerador. Si la goma de la puerta no sella bien, el aparato trabaja el doble para mantener la temperatura. También influye si introduces alimentos calientes, ya que el refrigerador gasta más energía para enfriarlos.
Finalmente, revisa tu recibo de luz para entender cómo se calcula el cobro y cuántos kilovatios estás utilizando al mes. Si identificas cambios drásticos sin haber modificado tus hábitos, puedes estar enfrentando una fuga eléctrica.