La quema agrícola, una práctica arraigada en generaciones, se ha convertido en un tema de grave preocupación en Honduras. Expertos advierten sobre los impactos devastadores que esta técnica tradicional está teniendo en la seguridad alimentaria del país.

Según expertos, el suministro de productos agrícolas, fundamental para la seguridad alimentaria, se ve amenazado por la quema agrícola.

Esta práctica, comúnmente utilizada por agricultores hondureños, está provocando daños ambientales significativos, afectando tanto la tierra como la calidad del aire en el país.

Aunque la quema agrícola puede parecer una forma eficaz y rentable de preparar la tierra para nuevas plantaciones, sus consecuencias a largo plazo son graves.

Este método no solo disminuye la fertilidad del suelo, sino que también aumenta las tasas de erosión, generando un ciclo de degradación que compromete la seguridad alimentaria futura.

Ante esta crisis, expertos instan a transformar las antiguas prácticas agrícolas y adoptar enfoques más sustentables.

La conservación de rastrojos, el uso de maquinaria especializada y la promoción de políticas públicas que prohíban la quema en zonas vulnerables son algunas de las medidas sugeridas para mitigar los impactos negativos y garantizar un futuro alimentario seguro para Honduras.

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