Terence Stamp, el carismático actor británico que conquistó la gran pantalla en los años sesenta y más tarde se transformó en un villano inolvidable en Hollywood, murió este domingo a los 87 años, según confirmó su familia.

“Deja tras de sí una obra extraordinaria, tanto como actor como escritor, que seguirá emocionando e inspirando a la gente durante muchos años”, expresó su entorno en un comunicado difundido en el que también pidió privacidad en este momento de duelo.

Terence Stamp junto a superman
Terence Stamp y Christopher Reeve en Superman II, de 1980. Foto Cortesía

¿Quién fue Terence Stamp?

Stamp nació en 1938 en el East End de Londres, en el seno de una familia humilde marcada por la figura de su padre, un fogonero de remolcador.

Creció en tiempos de guerra y sobrevivió a los bombardeos sobre la capital británica durante la Segunda Guerra Mundial.

Tras abandonar los estudios, trabajó en publicidad hasta lograr una beca para ingresar a una escuela de arte dramático, donde comenzó a forjar la carrera que lo llevaría a la fama.

Su debut cinematográfico llegó en la década de 1960 y pronto se convirtió en una de las estrellas más admiradas por su talento y atractivo.

Protagonizó títulos emblemáticos como Teorema (1968) de Pier Paolo Pasolini y Una temporada en el infierno (1971). En 1967 formó una de las parejas más glamorosas de la época junto a Julie Christie en Lejos del mundanal ruido, además de mantener un sonado romance con la modelo Jean Shrimpton y convertirse en musa del fotógrafo David Bailey.

Stamp estuvo a punto de convertirse en James Bond tras la salida de Sean Connery, aunque finalmente no obtuvo el papel.

En cambio, su carrera lo llevó a colaborar con grandes directores europeos, entre ellos Federico Fellini.

Su búsqueda personal lo alejó durante un tiempo del cine, viajando a la India para estudiar yoga, hasta que en 1978 encontró su rol más icónico: el General Zod, el despiadado líder kryptoniano de Superman y su secuela.

A lo largo de su carrera, Stamp combinó cine independiente con grandes producciones de Hollywood.

En los años noventa sorprendió con su interpretación en Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (1994), donde encarnó a una mujer transgénero. Más tarde actuó en filmes como Valkiria (2008), Destino oculto (2011) y dos producciones de Tim Burton: Big Eyes (2014) y El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares (2016).

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