La historia de Josué Aguilar, un hondureño deportado a pesar de contar con una solicitud de reunificación familiar aprobada, ha generado indignación en medio de las nuevas y más estrictas políticas migratorias de Estados Unidos.
Josué acudió a su cita en corte acompañado de su esposa, Jessica Rodríguez, una ciudadana estadounidense que gestionó ante USCIS la aprobación del formulario I-130, Petición Familiar Extranjero.
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Sin embargo, ese mismo día fue detenido por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y deportado posteriormente a Honduras.
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Esposa viaja con su hijo para reencontrarse tras tres meses
Un mes después de la deportación, Jessica lo visitó en Honduras. Ahora, decidió regresar acompañada de su pequeño hijo para reencontrarse con él. “Estoy nerviosa, con muchas emociones, quiero llorar”, expresó entre lágrimas antes del viaje.
Jessica también denunció el trato que recibió su esposo. “No puedo creer cómo lo han tratado, él no es criminal”, aseguró, lamentando que su esposo haya sido deportado pese a tener una petición aprobada que le permitiría obtener la residencia legal.
Josué, por su parte, lamentó profundamente lo sucedido y pidió que se respeten los procesos legales de quienes están actuando conforme a la ley.
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Contexto: nuevas leyes migratorias en EE. UU. endurecen procesos
Desde enero de 2024, bajo órdenes ejecutivas del presidente Joe Biden y presiones legislativas, el gobierno de EE. UU. ha reforzado los controles migratorios.
Aunque continúa el procesamiento de solicitudes como la I-130, las nuevas disposiciones otorgan más poder a ICE para ejecutar deportaciones inmediatas en ciertos casos, incluso si el solicitante tiene procesos en curso.
Asimismo, se han limitado los beneficios para quienes no cuenten con permisos de permanencia mientras se resuelve su estatus.
Estas medidas buscan frenar la migración irregular, pero también han generado críticas por la separación de familias y detenciones arbitrarias como la de Josué Aguilar.