Honduras enfrenta una emergencia sanitaria por el resurgimiento del gusano barrenador, una larva de mosca que provoca miasis cutánea, enfermedad parasitaria capaz de destruir tejidos, órganos e incluso causar la muerte si no se trata a tiempo.

Aunque el parásito fue erradicado en los años 80, ha reaparecido con fuerza, afectando tanto a humanos como al sector ganadero, con más de 33 casos confirmados, incluidas muertes.

Gusano barrenador en Honduras

El primer caso humano fue diagnosticado el 5 de febrero de 2025 en un hombre de 80 años.

Las larvas penetran a través de heridas o zonas húmedas del cuerpo, incluso sin lesiones previas, como en el caso de terneros recién nacidos o vacas tras el parto.

Los pacientes afectados suelen tener úlceras en extremidades, y algunos casos se han complicado con shock séptico.

Ganaderos alertan sobre una propagación rápida del parásito en regiones ganaderas, reportando pérdidas de producción de leche y muerte de animales. Esto se traduce en pérdidas millonarias para el sector agropecuario, que además asume altos costos en tratamientos veterinarios.

La situación también afecta a otros animales de sangre caliente, incluidas mascotas y humanos, lo que demanda una respuesta sanitaria urgente y amplia.

La infestación en zonas fronterizas se asocia a malas prácticas sanitarias en países vecinos, especialmente por el movimiento de ganado sin control adecuado.

La Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), a través de Senasa, ha implementado medidas como puestos de control, corrales de inspección y liberación de moscas estériles en la frontera con Nicaragua.

Sin embargo, ganaderos denuncian la falta de visitas técnicas, medicamentos o apoyo directo, cuestionando el compromiso real del gobierno.

La crisis demanda una campaña nacional, mayor coordinación entre gobierno, asociaciones ganaderas y profesionales en salud animal, además de vigilancia diaria, tratamiento inmediato y prevención efectiva.

Sin una acción conjunta, el gusano barrenador continuará expandiéndose, agravando la emergencia y poniendo en riesgo la salud pública y la economía ganadera del país.