Un audaz robo sacudió el Museo del Louvre este domingo, cuando cuatro individuos lograron ingresar al edificio usando un montacargas. Su objetivo fue la sala Apolo, famosa por exhibir joyas napoleónicas de gran valor histórico y económico. La operación fue rápida, dejando a las autoridades sorprendidas por la precisión del asalto.
En apenas siete minutos, los ladrones lograron sustraer nueve piezas de incalculable valor. Sin embargo, durante su huida, uno de los objetos se perdió, alterando los planes del grupo. La acción refleja un nivel de organización y rapidez que mantiene en alerta a los cuerpos de seguridad parisinos.
La pieza extraviada ya ha sido recuperada por las autoridades locales, aunque presenta daños considerables. Su restitución es clave para preservar la historia que representan estas joyas. El incidente genera preguntas sobre la seguridad en uno de los museos más visitados del mundo y la protección de sus tesoros.
Estas son las joyas robadas en el Museo del Louvre
Gran lazo del corpiño de la emperatriz Eugenia
Este broche, diseñado por François Kramer, es una pieza representativa del estilo imperial francés. La emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, lo utilizaba como parte de su ajuar.

Collar de esmeraldas del conjunto de María Luisa
Este valioso conjunto, un regalo de bodas de Napoleón I a su segunda esposa, María Luisa de Austria en marzo de 1810, incluye un collar y pendientes elaborados por el joyero oficial de la corte, François-Régnault Nitot.
Compuesto por 32 esmeraldas talladas y 1,138 diamantes, estas joyas napoleónicas destacan por su lujo histórico y artístico, siendo piezas únicas que atraen la atención de coleccionistas y amantes del arte en todo el mundo.

Diadema de la emperatriz Eugenia
Esta impresionante tiara está formada por siete tallos grandes y tres perlas principales superpuestas, alternando con ocho cartuchos en forma de piel, rematados con follaje en forma de «pera» y diamantes.
En total, la pieza cuenta con 212 perlas, 12 perlas adicionales, 1,998 diamantes y 992 rosas, destacándose como un ejemplo único de joyería histórica y lujo extraordinario.

Tiara del conjunto de la reina María Amelia y la reina Hortensia
Este elegante conjunto de zafiros de Ceilán, engastado en oro, fue llevado por la reina Hortensia, la reina María Amélie y posteriormente por Isabel de Orleans. La joya permaneció en la familia Orleans hasta 1985, conservando su valor histórico y su prestigio como símbolo de la realeza europea.

Conjunto de pendientes de la reina María Amelia y la reina Hortensia
Estos pendientes forman parte de un conjunto de joyas que fueron usados sucesivamente por la reina Hortensia, la reina María Amélie y, finalmente, Isabel de Orleans. La colección permaneció en manos de la familia hasta 1985, conservando su relevancia histórica y su vínculo con la realeza europea.

Collar del conjunto de zafiros de la reina María Amelia y la reina Hortensia
El collar, que forma juego con los pendientes mencionados, está adornado con 8 zafiros y 631 diamantes. Esta pieza fue lucida sucesivamente por la reina Hortensia, la reina María Amélie y finalmente por Isabel de Orleans, destacándose como un símbolo de lujo y herencia real.

Par de pendientes de esmeralda del conjunto de María Luisa
Este elegante conjunto de pendientes, compuesto por seis esmeraldas y 108 diamantes, fue un regalo de Napoleón a María Luisa de Austria durante su matrimonio en 1810.
Al abandonar el país en 1814, María Luisa devolvió los diamantes y legó las esmeraldas a su hijo, Leopoldo II de Habsburgo, conservando así su valor histórico y familiar.

Broche relicario
Este broche, destacado por su valor histórico y artístico, formó parte del ajuar de la emperatriz María Luisa de Austria, esposa de Napoleón I. Creado junto con un collar y pendientes de esmeraldas, el conjunto se considera una de las piezas más emblemáticas de la colección real francesa, simbolizando lujo y legado histórico.

La diadema de la emperatriz Eugenia de Montijo
La diadema de la emperatriz Eugenia de Montijo se convirtió en una de las joyas más destacadas del robo ocurrido en el Museo del Louvre el 19 de octubre de 2025; sin embargo, en el camino se les cayó.
Encargada en 1853 por Napoleón III para su esposa y diseñada por el joyero Alexandre-Gabriel Lemonnier, la pieza combina lujo y maestría artística. Está formada por 212 perlas, incluyendo 17 en forma de pera, y 1,998 diamantes, dispuestos en un elegante diseño de follaje con cartuchos de perlas y diamantes sobre una banda de perlas redondas y hojas de diamantes.
