La actriz y activista Eva Longoria ha levantado su voz contra las deportaciones masivas impulsadas por el presidente Donald Trump, calificándolas como “inhumanas”.

En declaraciones recientes, visiblemente afectada, la estrella de origen latino expresó su dolor por el sufrimiento de las familias migrantes en Estados Unidos.

“Cada vez que quiero grabar un mensaje, me pongo a llorar”, confesó Longoria entre lágrimas, haciendo alusión al drama que viven miles de familias separadas por las políticas migratorias.

Eva Longoria condena las deportaciones masivas de Trump

La actriz denunció que agentes migratorios están realizando redadas en contextos tan íntimos como fiestas de cumpleaños y graduaciones escolares, donde niños son separados repentinamente de sus padres.

Según Longoria, decenas de menores llevan semanas detenidos en centros de deportación, sin contacto con sus familiares. “Es inaceptable lo que está ocurriendo. Estamos fracturando familias y dañando a niños inocentes”, expresó.

Las palabras de la actriz han reavivado el debate sobre la gestión migratoria en Estados Unidos impuestas por el presidente Trump.

En paralelo, el sur de Bolivia vive una crisis social marcada por enfrentamientos y bloqueos.

En Llallagua, región minera de Potosí, vecinos, comerciantes y transportistas que intentaban liberar vías fueron atacados por seguidores del expresidente Evo Morales.

Las protestas surgen tras la inhabilitación de Morales como candidato presidencial para las elecciones de agosto.

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El presidente Luis Arce confirmó que más de 30 personas resultaron heridas durante los choques, describiendo la jornada como una de las más violentas de los últimos tiempos.

Los bloqueos han paralizado siete de las nueve regiones del país, provocando desabastecimiento y pérdidas económicas superiores a los 100 millones de dólares, según estimaciones oficiales.

Tanto en EE. UU. como en Bolivia, los acontecimientos recientes revelan tensiones sociales y políticas profundas, mientras voces como la de Longoria claman por justicia y humanidad frente a políticas que, aseguran, rompen el tejido de las comunidades más vulnerables.