En Honduras, el abandono y maltrato de mascotas es un problema grave que afecta a gatos, perros e incluso caballos, dejándolos a su suerte, sin comida, agua ni atención médica, expuestos a enfermedades y peligros mortales.

El maltrato se manifiesta de varias formas: negligencia, abandono, golpes, mutilaciones, maltrato emocional, explotación como animales de carga y confinamiento en jaulas.

Quien causa daño a un animal indefenso puede ser castigado por la ley, que desde 2016 establece penas de tres a seis años de prisión y multas de hasta 25 salarios mínimos. Sin embargo, en la práctica, la mayoría de los casos quedan impunes.

Ante esta realidad, han surgido organizaciones y fundaciones que rescatan, rehabilitan y dan en adopción a animales abandonados.

Refugios que dedican su vida al rescate

La Fundación Amor y Abrigo, desde 2012, ha entregado en adopción a más de 2,000 perros y gatos, actualmente alberga 500 perros, 150 gatos y siete caballos, y gasta decenas de miles de lempiras en comida y medicamentos.

Otro ejemplo es el santuario Mimestizo y Yo, que ha rescatado más de 8,000 animales y requiere hasta cinco sacos de alimento diario.

Muchas de estas organizaciones operan desde viviendas, debido a la falta de terrenos adecuados, y dependen completamente de recursos propios.

Para aliviar los costos y apoyar su labor, Televicentro, Emisoras Unidas y tunota.com, lanzaron la primera edición de la campaña Patitas Urbanas, en el marco de la Misión Navidar, recaudando donaciones de alimentos, medicinas, ropa y fondos para cirugías, esterilizaciones y tratamientos veterinarios de decenas de mascotas.

Gracias a esta iniciativa, la fundación Mi Mestizo y Yo recibió apoyo crucial para seguir rescatando y cuidando animales.

Las fundaciones no solo cambian la vida de los animales, sino también de las familias que adoptan.

Los perritos y gatos ofrecen compañía, amor y tranquilidad, incluso perdón y lealtad a quienes los cuidan.

Voluntarios y colaboradores juegan un papel clave en la atención diaria de los animales, demostrando que la solidaridad puede marcar la diferencia frente a la indiferencia y crueldad que enfrentan muchos animales en Honduras.

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