La hondureña Abby Santos, quien saltó a la fama en plataformas digitales tras dejar la iglesia evangélica para crear contenido explícito al llegar a Estados Unidos, ahora se encuentra en el centro de una enorme controversia.

En las últimas semanas, la joven originaria del departamento de Olancho reveló en un directo que ella misma denunció a sus hermanos al ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), lo que resultó en su deportación hacia Honduras.

Esta acción ha causado un repudio generalizado entre miles de migrantes en Estados Unidos, quienes han mostrado un claro desprecio hacia Santos en redes sociales.

A poco tiempo de establecerse en Estados Unidos, Abby Santos comenzó a crear contenido para adultos, lo que le generó grandes sumas de dinero y le permitió incluso convivir con sus hermanos.

Sin embargo, su reciente confesión ha provocado una ola de críticas e insultos.

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Arrepentimiento entre lágrimas y millonarias ganancias

Tras los fuertes ataques que ha recibido, la hondureña se ha mostrado arrepentida de sus acciones. Con tristeza y en medio de lágrimas, ha pedido a sus seguidores que no la juzguen.

No obstante, en la misma declaración, Santos también expresó que, a pesar de las críticas, ella sigue ganando más de 10 mil dólares al mes (263,500.00 lempiras) por la venta de su contenido en la página azul.

Esta situación ha puesto en evidencia la complejidad de la vida migrante y las difíciles decisiones que algunos enfrentan, al tiempo que expone la polarización de opiniones en torno a las acciones de la influencer.

La historia de Abby Santos ha abierto un debate sobre la moralidad, la familia y las consecuencias de las decisiones personales en el contexto de la inmigración.